Cuando hablamos del alma de la empresa familiar no podemos olvidarnos de lo más importante: el espíritu que lo alimenta es el resultado del sueño de una persona hecho realidad. Todas las grandes sagas empresariales tienen ese denominador común que mueve a su fundador a iniciar un proyecto, una ilusión, una misión o, sencillamente, una visión que compartir con el mundo. Son muchos los elementos que caracterizan el alma de la empresa familiar, hoy nos centrarnos principalmente en tres:
Un buen ejemplo de ello es la familia Phipps. Henry Phipps fundó Bessemer Trust para gestionar las ganancias obtenidas por su empresa Carnegie Steel Company (una de las grandes productoras de acero en USA). Phipps sabía la importancia de incluir a la familia en la gestión empresarial y les dejó escrito un gran legado describiendo su visión para los siguientes cien años. Tal y como comenzaba este artículo, todo empieza por un sueño, porque los fundadores son, eso, grandes emprendedores y grandes soñadores. Pero también son inconformistas, visionarios y disponen de una enorme capacidad de trabajo.
Es imprescindible que las familias estén actualizadas y ser capaces de adaptarse a las circunstancias. Solo así las empresas sobreviven. Es el caso de la familia que inventó la Scooter en la Segunda Guerra Mundial como solución para conseguir que los soldados que caían al campo de batalla desde los paracaídas consiguieron reubicarse lo antes posible. Este modo de adaptación continua es la mejor de las soluciones para la supervivencia de la empresa familiar. Los fundadores son los máximos responsables de conseguir y de forjar los valores que emanan de la saga familiar.
Las nuevas empresas familiares están diseñadas para no solo constituir el tema financiero, sino también la transmisión del legado y la unión familiar. En la actualidad, se encargan de centrarse en la formación de los sucesores, colaboradores, accionistas, directores; la toma de decisiones conservadoras que beneficien y mantienen unido al grupo familiar y ciertas actividades de impacto en la comunidad. Un claro ejemplo es la familia Rockefeller. El sentido de comunidad, el gobierno familiar y el orgullo de formar parte de ella son las claves para conseguir que las siguientes generaciones sientan que son parte de la empresa familiar. Ellos priorizan al igual el capital humano y financiero en sus decisiones pensando en el impacto de generarán en el mundo.
Estos tres elementos constituyen son necesarios para sostenibilidad de la empresa familiar, aka: el alma del negocio que el fundador inició. “Quiero darte alas para volar y raíces para no olvidar”, decía Rolando Yñigo. Es por ello que hay que educar a las familias sobre la importancia de la correcta transmisión de valores a través de una adecuada estrategia de gobierno familiar.