¿Sabías que desde el año 2014, las personas entre 18 y 34 años de edad están más propensas a vivir con sus padres que con una pareja o cónyuge? Hasta el 15% de los adultos jóvenes viven con sus padres durante una estadía promedio de 3 años. Incluso aquellos que poseen títulos de la universidad siguen la tendencia.
Esta tendencia se llama el efecto boomerang. Muchos adultos jóvenes intentan salir adelante por su cuenta yendo a la universidad, pero no pueden financiar su vida de manera independiente. Entonces, regresan a la seguridad de la casa de sus padres.
¿Prefieres no ser parte de las estadísticas de boomerang? Si eres un padre preocupado que quiere ver a su hijo abrir sus alas y volar hacia la independencia financiera, tienes que ser como un águila. Una madre águila sabe cómo criar a sus polluelos para que tengan éxito. Luego, ella los empuja fuera del nido en el momento perfecto. Ella solo interviene para salvarlos en el último instante antes de que choquen contra el suelo.
Entonces, ¿cómo puedes ser como la sabia madre águila? Aquí hay algunos consejos:
Dejar el nido es difícil en parte, porque el polluelo aún no ha desarrollado las habilidades que necesita para vivir solo. De manera similar, los hijos recién adultos necesitan establecerse. Puede ser difícil para los jóvenes crear un récord financiero que les pueda ser útil para obtener préstamos, comprar un automóvil, o cualquier otro paso que les ayude a lograr la independencia. Una forma de ayudarlos es que los padres soliciten una tarjeta de crédito conjunta con el hijo. De esta manera, el hijo puede beneficiarse del buen historial crediticio de los padres. Sin embargo, hay que ser muy cuidadosos e inculcar una cultura de responsabilidad con la tarjeta y así evitar que se acumulen grandes cantidades de deuda.
Los jóvenes deben aprender a establecer un presupuesto y vivir dentro de sus posibilidades para que realmente puedan volar por su cuenta. Lamentablemente, este tema no se enseña a menudo en la escuela. Depende de los padres el dar un buen ejemplo.
Si aún no lo has discutido, toma un tiempo para sentarte con tus hijos adultos y explicarles cómo haces tu presupuesto cada mes. Un buen punto para empezar es pedir que tu hijo haga un seguimiento de sus gastos durante un mes. Esto le ayudará a descubrir cuánto gasta en entretenimiento, necesidades básicas, pagos de servicios, deudas, etc. Luego, pueden identificar áreas en las que pueden recortar. Además, este ejercicio les dará una idea de cuál sería su ingreso ideal. Afortunadamente, también hay muchas aplicaciones y programas que también pueden ayudar a los jóvenes a realizar un seguimiento de sus gastos e identificar las áreas en donde pueden ahorrar.
Si tu hijo regresa al nido, debes establecer algunas reglas básicas y estrictas. Por ejemplo, algunos padres cobran «alquiler», pero luego lo guardan en una cuenta separada y se lo dan al hijo cuando se va. Otros temas a discutir incluyen tareas domésticas, visitas, horario límite en las noches, etc. Si tu hijo está desempleado, hablen sobre sus planes para conseguir un trabajo y establezcan objetivos específicos, como el número de solicitudes enviadas, etc. Finalmente, realicen un cronograma en el cual ambos puedan acordar el tiempo que vivirá tu hijo en el hogar. Luego, cuando sea hora de que envíes a tu hijo a volar solo, no se sorprenderá.
Con estos consejos y expectativas, puedes ayudar a que tu hijo tenga una transición fácil y sin problemas desde el nido a la vida adulta. Volando solo, tu hijo pronto alcanzará su independencia financiera.
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